Perdóneme padre porque he pecado…

Así inicia la confesión de Miguel ante el padre Acosta.

Miguel
-Padre sabe que estoy a punto de ordenarme y no me gustaría inicia en el sacerdocio si no me confieso encueradamente ante Dios.

Padre
-No importan tus pecados hijo mio, nuestro Dios es inmenso en amor y nunca te condenara si te arrepientes de corazón, no temas dimes tu pecados y yo intercederé por ti ante nuestro señor.

Miguel
-Bueno, conoce a la señora Rodríguez?

Padre
-Si, pobre mujer su esposo murió hace mucho tiempo dejándola con dos niños a los que ha sacado adelante sola, claro que la conozco, pasa algo con ella.

Miguel
-Heee, no, el asunto es con su hija, no se porque me ha atraído desde que la vi por primera vez y no puedo dejar de imaginarla desnuda encima de mi, con su carita de ángel saltando disfrutando yo de su belleza y su linda mirada, me la imagino hermosa y cariñosa no importa donde ni como este siempre la estoy amando en mis pensamientos.

Padre.
-Tiene trece años!

Miguel
-Si, pero es que hace poco nos quedamos solos después de la misa y no pude evitarlo, paso algo entre nosotros que creo que esta mal, la bese y ella se dejo seguimos besándonos hasta que termino entregándome su virginidad, aunque un poco confundida me prometió que no se lo diría nadie, creo que no esta bien eso padre…

Padre
-Ya veo, pero sigue dímelo todo con confianza.

Miguel
-Bueno, ayer cuando o salude a usted al salir de mi habitación estaba en realidad teniendo relaciones con la monja nueva que llego hace poco, pero padre ella me sedujo, es mas una mujerzuela que una monja, si la viera no lo creería, primero me comenzó a besar y después se bajo mi sotana y me lo mamó como una demoniza, se quito los panties y parados hicimos el mas descarado y acto de lujuria que se pueda imaginar padre.

Padre
-Hummm, ya veo.

Miguel
-Esta mañana cuando nos encontramos en el salón de clases, me saludo y dude un poco porque antes me estaba masturbando y no me había lavado las manos.

Padre “susurra”
-Hijodelagranputa…

Miguel
-Que! Dijo algo padre?

Padre
-No, no, solo rezaba un poco.

Miguel
-Padre, esto si que esto si me da vergüenza, de hecho he pensado no seguir en esto y dedicarme a otra cosa, es que una vez tuve sexo con un niño de 9 años al que el padre Mario me había dicho le gustaba que le hagan eso, estaba en su cuarto y lo hice con el niño, solo paso una vez además los padres del niño lo sacaron del colegio sin dar explicación y no lo volví a ver mas.

Padre
-Creo que eres un pecador hijo mió, pero no te desanimes, a veces el Diablo nos confunde y nos pone piedras de tropiezo en el canino, hay que tener...

Aun estaba hablando el padre cuando miguel lo interrumpió.

Miguel
-La señorita Clara, estuvo una vez embarazada y me dijo que no sabia de quien era, pero que creía que era mió, me fui para una convivencia de la secundaria y cando volví solo me dijo que lo había resuelto, no le volví a preguntar mas del tema.

Padre
-Clara!! No lo creo. Que mal era mi favorita, piensa el padre muy triste.

Miguel
-Padre, creo que no debería ordenarme.

Miguel
-Hijo mío, reza 15 Ave Marías y 20 Padres Nuestros, arrepiéntete y no lo vuelvas ha hacer mas, nos reuniremos en una semana y me dirás si decides ordenarte a fin de mes o no.

Miguel Sollozando dice:
-Gracias padre.

Sale del confesionario, mientras camina cabizbajo hacia la puerta y escucha la voz del padre Acosta que enérgicamente lo llama, Miguel !!! Se asusta y comienza a sudar como un pollo al horno, el padre camina hacia el muy lentamente mirándolo fijamente hacia los ojos como si tratara de ver sus pensamientos, de repente da un saltito cae sobre su pie derecho dejando el izquierdo levantado se inclina hacia el con una energía juvenil levanta la mano derecha y le dice “dame esos cinco”

La señora Rodríguez que estaba mirándolos, mientras hacia sus oraciones diarias al final de cada día de duro trabajo le dice a sus linda hija, ves mi amor que lindo es estar contentos todo el día, ya no estés triste toma ejemplo del padre Acosta y de Miguel que es tan tierno y buen muchacho, la niña mira a su hermanito con pena le pone la mano sobre la espaldita, sonríe tristemente y dice con un poco miedo en su timbre de voz que mas que temor reflejaba una inmensa depresión y rabia reprimida...Si Mamí.

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