El silencio que escuche me dijo:

No temas…! todos teneos una misión en esta vida, acepta la tuya con fuerza y gallardía, no importa lo oscura que se vea la noche, la claridad esta dentro de ti, no importa que tan largo sea el camino el final ya lo conoces.

Solo hay una verdad absoluta y es la que ellos quieren ver con los ojos cerrados, nada es importante si el final no te dará la satisfacción de saber que hiciste lo correcto, no esperes que te comprendan, pero si que reconozcan que eres diferentes del resto y mejor que la mayoría, tal como antes lo has escuchado, eso ya lo has hecho para gloria mia.

Lo que dices y haces no es tuyo, sabes que la gloria es de Jehová, solo el te ha dado lo que tienes, no temas y se fuerte solo tienes que confiar y seguir en los caminos que el te guié, acepta lo que eres y has lo que te pide, yo estaré a tu lado para protegerte, no tienes que llamarme, siempre estaré a tu lado aunque no ve veas, sabes que les molestas, pero no te desanimes, confía en mi y yo tenderé mi mano para salvarte, siempre pondré en tu boca las palabras exactas, en el momento preciso, para que sepan que desde el inicio del día, hasta el final de la noche están vencidos por sus pecados e intentar torcer mis principios.

No temas en profesar mi verdad porque yo te le he dado desde el inicio de los tiempos para que difundas mi mensaje y muchos entiendan que yo nunca los he dejado solos ni nunca más estarán atormentados.

Mientras más cerca están de las mentiras mas fácil encontrar una razón para cree sus razones equivocadas cuyo final es castigo eterno y sepulcral abismo, unos perdidos en la inmundicia del pecado, otros entregados al amor a lo material aceptan las mentiras como verdades y a la verdad fingen no ver o verlas como si fueran mentiras ciegos en la codicia, entrégate tu a mi voluntad y yo liberare tu peso y no estarás solo ni cansado porque ellos, los que te he mandado estarán contigo siempre y yo cargare el peso de tus pecados.

Sonríe libremente y alégrate porque te has alejado sabiamente del pecado, has aceptado mi verdad y has desobedecido la soberbia, se revolean en el dolor de perderte y a tus espaldas lamentan que me has encontrado, con sus gemidos gritan maldiciones, pero tus oídos están sordos ante la vanidad del engaño.

La verdad es mía y nunca temas a la mentira, entrégate en mi justicia y yo por promesa te sacare del pantano, bienvenidos eres hijo mió y duerme tranquilo, porque ahora estas en mis manos.




Quien tiene oídos que oiga, porque estas palabras no son mías…

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