Un Largo Viaje

Me monto en la guagua, no han pasado 5 minutos de estar sentado cuando ya hay una discusión en medio del calor y el mal olor de unos pescador que estaban congelados, pero a medida que se descongelaban olían peor, la discusión era porque el picher cometió el error de decirle a un dama que el pasaje para azua había subido para la temporada de semana santa, pues resulta que la dama no eran tan dama evidentemente, ya que con todo gusto y pulmón le contesto al picher,

- mira MMG. (nada que ver con el metro) yo tengo mis cuartos para pagar, yo no te estoy pidiendo.

Esto entre cada palabra adornado con tremenda mala palabra.

Ya estaba lamentando mi decisión de no querer esperar la próxima caribe tours y por ahorrar un par de horas me subí en una voladora, todavía estaba el pleito en su buena cuando se vomita un niño y bautizó a todos con un chin en los zapatos, un placía que estaba vestido de civil se para y en ves de aplacar el pleito se pone a agitar y a chinchar al picher, el chofer con su bachata a todo volumen y el olor a fritura, hicieron que sin duda ese sea el viaje a la capital mas largo de toda mi vida।

En medio de viaje se para el minibús por enésima ves a recoger pasajeros que estaban parados en al lado de la carretera, entre bachata y bachata suena una que otra noticia en las que mencionan el caso de las actas de nacimientos haitiana rosadas y el silencio del gobierno que este caso de xenofobia o rasismo que estamos atravesando en el país actualmente।

Yo no entiendo como es que los dominicanos podemos hablar de rasismo, será que le queremos hacer la vida imposible a personas que hacen los trabajos que nosotros no hacemos o nos queremos vengar de lo que nos hacen a nosotros en el extranjero?
Bueno, el caso es que el picher monta a 5 haitianos, después de hablar y hablar de los haitianos, gente que no son nada blancos ni mucho menos, tenemos a 5 en medio del calor, bachata, pescado, pleito, vomito, fritura y muchos malos olores mas।

Los haitianos se sentían como en medio de lobos, no tenían ánimos para mirar a nadie a los ojos, se hablaban por señas y con los ojos, como para no delatar que son haitianos, pero eso es algo que ya era demasiado obvio, mirando un niño haitiano como de 16 años que estaba bien vestido, recordé mi niñez en curazao।

Recuerdo que mi papa me decía que no haláramos en el bus porque era de mala costumbre en curazao, pero yo siempre supe que lo que el quería evitar era que algún rastaman nos hiciera algún daño cuando íbamos para la escuela solos y habláramos en perfecto español, el racismo es algo que conozco mucho y del lado débil no donde yo odiaba sino donde yo sentí que por el hecho de ser de tierra ajena es producto de odio en algunos lugares.
Me da pena la situación de los haitianos en este país, ya que en la vida todo es relativo, nosotros nos queremos ir para tener una vida mejor।

Pero para ellos estar aquí aguantando de todo, es estar mejor, si comparamos la situación económica y política de Haití la estabilidad que le ofrece este lado de la frontera es mas que lo que ellos tienen allá।

Un hombre haitiano que vive de limpiar solares y sembrar conucos encuentra que meterse en la boca en la noche y un lugar para mandar a su hijo a que aprenda por lo menos a escribir y leer español. No tiene derecho de que su hijo sea reconocido como dominicano aunque sea con un papel rosado?
pero, si es un dominicano que vive en estados unidos de vender en alguna tienda de ropa o en algún súper mercado tiene un hijo en USA si, es americano y nadie dice nada, todos contentos।

Que es entonces?
Racismo o egoísmo?

Aun estaba recordando y pensando cuando una bocina rompió la concentración de todos en los olores y miramos por la ventana es una mujer que estaba tratando de rebasar al minibús en medio de una carretera en construcción en bani, mientras que por en frente viene otra guagua como alma que lleva el diablo, el chofer que frena, la mujer se mete entre el minibús y otro carros que estaba delante, el minibús le da por atrás y el minibús que viene de frente pasa sin mas que dejando a su paso un suspiro colectivo que duro como media hora, creo que no nos matamos todos ese día porque yo tenia puesta mi camisa de la suerte।

Deje de pensar en los haitianos y me concentro en lo frágil que es la vida y lo fácil que es perderla.